Atlanta sorprende a Tampa Bay al imponerse 29-28
En una noche marcada por errores, castigos y dramatismo, los Atlanta Falcons encontraron la manera de resistir y golpear en el momento justo. Contra un Tampa Bay que dejó escapar una ventaja cómoda y una oportunidad clave en la carrera por la NFC Sur, Atlanta remontó y firmó un inesperado 29-28 que modificó por completo el rumbo del encuentro y de la recta final para ambos equipos.
Contra todo pronóstico y después de ir perdiendo por 14 puntos en el tercer cuarto, los Falcons remontaron y vencieron 29-28 a los Buccaneers con un gol de campo agónico de Zane Gonzalez desde 43 yardas, silenciando el Estadio Raymond James y complicando seriamente las aspiraciones divisionales de Tampa Bay.
Cousins y Pitts, una dupla que revivió a Atlanta
En medio de una temporada irregular, Kirk Cousins encontró de nuevo su versión más eficiente frente a un rival al que ya había castigado en 2024. Con 373 yardas y tres touchdowns, el mariscal marcó el ritmo del regreso y volvió a mostrar que, cuando está en ritmo, puede sostener al equipo.
El resurgimiento de Kyle Pitts Sr. fue, sin duda, el sello del partido. Tras años de altibajos, el ala cerrada firmó una de las tardes más dominantes en su carrera: 11 recepciones, 166 yardas y tres anotaciones, un alivio enorme para un ataque que no contó con Drake London.
Penalizaciones, el enemigo interno
Lo más llamativo del triunfo fue que se dio en medio de un verdadero colapso disciplinario. Atlanta jugó al borde del caos: 10 castigos en la primera mitad y 19 en total, la cifra más alta en la historia de la franquicia. En cualquier otro escenario, esto habría sentenciado el partido. Sin embargo, la ofensiva encontró ventanas, la defensa apareció en momentos clave y la inercia terminó por decantar hacia el lado visitante.
Tampa Bay dejó escapar su noche
Los Buccaneers, ahora 7-7, siguen en una lucha directa con Carolina por el liderato de la NFC Sur, pero esta derrota podría llegar a pesar más adelante.
El partido se les escapó en una secuencia que cambió por completo el rumbo: la intercepción de Dee Alford con 8:28 en el reloj cuando Tampa aún controlaba el marcador, seguida por un balón suelto controversial que los árbitros entregaron a Atlanta y que terminó en otro touchdown de Pitts. Aunque Antoine Winfield Jr. salvó la conversión de dos puntos y mantuvo a los Bucs arriba 28-26, la defensiva ya no resistió la última ofensiva de los Falcons.
Mirada al calendario
Atlanta no tiene ya futuro en playoffs, pero sí una oportunidad de cerrar de manera más decorosa cuando reciba a los Arizona Cardinals el 21 de diciembre. Tampa Bay, por su parte, debe reaccionar de inmediato si no quiere entregar la división en las semanas finales.
