McLaren se perfila como nuevo inversionista de Atlas tras la salida de Grupo Orlegi

La era de la multipropiedad en el futbol mexicano se acerca a su fin y con ella también el ciclo de Grupo Orlegi al frente del Atlas. Desde mayo, la Asamblea de Dueños de la Liga MX determinó poner fin a este modelo, lo que llevó a la empresa a iniciar, en julio, un proceso para explorar “una transición planificada y estructurada” en la operación del club rojinegro.

En este contexto, McLaren Group surge como el principal candidato para convertirse en nuevo inversionista del Atlas. De acuerdo con información del periodista Pedro Antonio Flores, la compañía británica, vinculada directamente a un equipo de Fórmula 1 y propiedad del Fondo Soberano de Bahréin Mumtalakat, asumiría un rol protagónico en la estructura del conjunto tapatío.

La operación contemplaría que Grupo Orlegi ceda el control del equipo de Primera División, las fuerzas básicas y el plantel de la Liga MX Femenil, además de otorgar los derechos de explotación comercial de la marca Atlas. También se incluirían los activos de la Academia AGA y el 25 por ciento de participación en el Estadio Jalisco, consolidando así una transición profunda en lo deportivo, administrativo y comercial.

McLaren Group es reconocido a nivel mundial por la fabricación de autos superdeportivos y su histórica presencia en la Fórmula 1, donde recientemente se proclamó Campeón de Constructores en dos temporadas consecutivas. Sin embargo, en los últimos años ha diversificado su portafolio deportivo, con participación en categorías como IndyCar, Nascar y Fórmula E, reforzando su intención de expandirse más allá del automovilismo.

Por su parte, el Fondo Soberano Mumtalakat, propietario mayoritario de McLaren, cuenta con inversiones en sectores como aviación, educación, salud, bienes raíces, turismo, manufactura y servicios financieros, lo que convertiría su incursión en la Liga MX en un movimiento sin precedentes para el futbol mexicano.

De concretarse la operación, la llegada de McLaren marcaría un hito en la historia del Atlas y en el modelo de inversión del balompié nacional, abriendo la puerta a un nuevo perfil de capital extranjero y a una posible transformación estructural del club rojinegro.